QUÉ
HERMOSA ERES, LIBERTAD
Qué hermosa eres,
libertad. No hay nada
que te contraste.
¿Qué? Dadme tormento.
Más brilla y en más
puro firmamento
libertad en tormento
acrisolada.
¿Que no grite?
¿Mordaza hay preparada?
Venid: amordazad mi
pensamiento.
Grito no es vibración
de ondas al viento:
grito es conciencia de
hombre sublevada.
Qué hermosa eres,
libertad. Dios mismo
te vio lucir, ante el
primer abismo,
sobre su pecho,
solitaria estrella.
Una chispita de volcán
ardiente
tomó en su mano. Y te
prendió en mi frente,
libre llama de Dios,
libertad.
DÁMASO ALONSO
DÁMASO ALONSO
AMOR
AUSENTE
Inclinado en las
tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.
mi soledad que da
vueltas los brazos como un
náufrago.
Hago Rojas señales
sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar
a la orilla de un faro.
Sólo guardas
tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a
veces la costa del espanto.
Inclinado en las
tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude
tus ojos oceánicos.
Los pájaros nocturnos
picotean las primeras
estrellas
que centellean como mi
alma cuando te amo.
Galopa la noche en su
yegua sombría
desparramando espigas
azules sobre el campo.
PABLO NERUDA
AMOR DE TARDE
Es una lástima que no
estés conmigo
cuando miro el reloj y
son las cuatro
y acabo la planilla y
pienso diez minutos
y estiro las piernas
como todas las tardes
y hago así con los
hombros para aflojar la espalda
Es una lástima que no
estés conmigo
cuando miro el reloj y
son las cinco
y soy una manija que
calcula intereses
o dos manos que saltan
sobre cuarenta teclas
o un oído que escucha
como ladra el teléfono
o un tipo que hace
números y les saca verdades.
Es una lástima que no
estés conmigo
cuando miro el reloj y
son las seis.
Podrías acercarte de
sorpresa
y decirme "¿Qué
tal?" y quedaríamos
yo con la mancha roja
de tus labios
tú con el tizne azul
de mi carbónico.
MARIO BENEDETTI
DESPEDIDA
Entre mi amor y yo han
de levantarse
trescientas noches
como trescientas paredes
y el mar será una
magia entre nosotros.
Oh tardes merecidas
por la pena,
noches esperanzadas de
mirarte,
campos de mi camino,
firmamento
que estoy viendo y
perdiendo...
Definitiva como un
mármol
entristecerá tu
ausencia otras tardes.
JORGE LUIS BORGES
ACABAR CON TODO
Dame, llama invisible,
espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.
Arde, sombrío, arde
sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.
Arde en el vasto
cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que
se desploma
entre estériles peñas.
Arde en la soledad que
nos deshace,
tierra de piedra
ardiente,
de raíces heladas y
sedientas.
Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente
engendra nubes,
olas como el rencor y
espumas pétreas.
Entre mis huesos
delirantes, arde;
arde dentro del aire
hueco,
horno invisible y
puro;
arde como arde el
tiempo,
como camina el tiempo
entre la muerte,
con sus mismas pisadas
y su aliento;
arde como la soledad
que te devora,
arde en ti mismo,
ardor sin llama,
soledad sin imagen,
sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
OCTAVIO PAZ
OCTAVIO PAZ
LECCIÓN DEL MUNDO
Este es el cielo de azulada altura
Y este el lucero y esta la mañana
Y esta la rosa y esta la manzana
Y esta la madre para la ternura.
Y esta la abeja para la dulzura
Y este el cordero de la tibia lana
Y estos: la nieve de blancura vana
Y el surtidor de líquida hermosura.
Y esta la espiga que nos da la harina
Y esta la luz para la mariposa
Y esta la tarde donde el ave trina.
Te pongo en posesión de cada cosa,
Callándote tal vez que está la espina
Más cerca del dolor que de la rosa.
JORGE ROJAS
CUANDO HAYA MUERTO, LLÓRAME TAN SOLO
Cuando haya muerto, llórame tan solo
Mientras escuches la campana triste,
Anunciadora al mundo de mi fuga
Del mundo vil hacia el gusano infame.
Y no evoques, si lees esta rima,
La mano que la escribe, pues te quiero
Tanto que hasta tu olvido prefiriera
A saber que te amarga mi memoria.
Pero si acaso miras estos versos
Cuando del barro nada me separe,
Ni siquiera mi pobre nombre digas
Y que tu amor conmigo se marchite,
Para que el sabio en tu llorar no indague
Y se burle de ti por el ausente.
WILLIAM SHAKESPEARE
Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
Rubén Darío
DOS PALABRAS
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.
ALFONSINA STORNI
ME GUSTA CUANDO CALLAS…
Me gusta cuando callas por que estás como ausente,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
Y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Y te pareces a la palabra melancolía.
Me gusta cuando callas y estas como distante.
Y estás como quejándote, mariposa de arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza,
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa basta.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
PABLO NERUDA
OLVIDO
Tú puedes olvidar y los recuerdos
Se pegan a mi piel como un castigo
Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido
Tú puedes olvidar y en cada noche
Mil vueltas siempre doy buscando olvido
Tú puedes olvidar, cómo quisiera
Olvidar como tú... sin un suspiro.
RAMÓN DE ALMAGRO
AQUÍ ESTAMOS
Nada está sujeto a los ojos para siempre
Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna
Tu lumbre que suspira a modo de subir
Entregándose entera en su esperanza
Como chispa confiada y como signo de su hondura.
Volvamos al principio sin conclusión alguna
En virginal salida de la piel vidente
Sin suceso del día ni del año sino largo memorial
De la raíz a la más alta punta
Con los dedos crecidos por el viento
Y el terror de los anuncios obscuros regalados
Humildemente regalados como semillas a la madre
Así el barco buscado por sus aguas
Ha de reconocer los fluidos de su acento
Y será reconocido por las puertas hermanas.
La idea es nacimiento y sepulcro de grandes alas
Es vuelo general, es huñida de células y huesos
En árbol repentino sin recuerdo aparente
Es un río asomado a su balcón
En el ir y venir de rincones incógnitos
Entre cabezas y corazones asustados por su modo de ser
Infinito alarido por el tiempo enseñado
Con tanta muerte adentro que es cúspide de vida
Interminable océano sacrificado a la noche
Y noche sacrificada al sol que no la espera.
VICENTE HUIDOBRO
CONTACTO EXTERNO
Mis ojos de plaza pública
Mis ojos de silencio y de desierto
El dulce tumulto interno
La soledad que se despierta
Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje
Y el río del alma largo largo
Que no dice más ni tiempo ni espacio.
Un día vendrá ha venido ya
La selva forma una sustancia prodigiosa
La luna tose
El mar desciende de su coche
Un jour viendra est déjà venu
Y yo no digo más ni primavera ni invierno.
Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre.
VICENTE HUIDOBRO
EL DOLOR DE LA NOCHE
Cuando tiembla la noche tardía
En los arenales y los campos negros,
Se oyen voces dolientes, lejanas,
Detrás de los cerros.
¡Es el canto del bosque perdido,
Con la gama antigua de silvestres notas,
O el gemir del turbón ignorado,
Por vegas y sombras!
¡O el distante clamor de las fieras
Que en las pampas brunas
Y en las lomas y campos eriales
Envían al hombre sus iras nocturnas!
¡El coro que sube remoto a los cielos
Será de la muerte la roja palabra
O el clamor de ciudad brilladora
Que se hunde, se apaga!
¡El rondó que triste
Las pendientes dormidas circunda:
El grito del odio será de los montes,
Será de las tumbas!
Cuando se obscurecen las bromas erguidas
En los arenales y los campos negros,
Cómo suena el dolor de la noche
¡Detrás de los cerros.
JOSÉ MARÍA EGUREN
AUNQUE HUNDAMOS A PUÑOS LA TRISTEZA
Aunque hundamos a puños la tristeza
Y cerremos con besos cada herida
El amor nos rebosa en la cabeza
Como un agua fatal, enardecida.
Escondidos detrás de las persianas,
Ocultos tras las cárceles del pecho,
El amor nos golpea las ventanas
Lo mismo que si estamos en el lecho.
El amor no termina ni en la nada.
Nos lo entrega el descanso, nos lo entrega
El trabajo y lo que anda y lo que rueda.
Y aunque se nutre de mujer amada,
Con mujer o sin ella el amor llega,
Y si la mujer pasa, el amor queda.
JORGE DELIO BRAVO
Este es el cielo de azulada altura
Y este el lucero y esta la mañana
Y esta la rosa y esta la manzana
Y esta la madre para la ternura.
Y esta la abeja para la dulzura
Y este el cordero de la tibia lana
Y estos: la nieve de blancura vana
Y el surtidor de líquida hermosura.
Y esta la espiga que nos da la harina
Y esta la luz para la mariposa
Y esta la tarde donde el ave trina.
Te pongo en posesión de cada cosa,
Callándote tal vez que está la espina
Más cerca del dolor que de la rosa.
JORGE ROJAS
CUANDO HAYA MUERTO, LLÓRAME TAN SOLO
Cuando haya muerto, llórame tan solo
Mientras escuches la campana triste,
Anunciadora al mundo de mi fuga
Del mundo vil hacia el gusano infame.
Y no evoques, si lees esta rima,
La mano que la escribe, pues te quiero
Tanto que hasta tu olvido prefiriera
A saber que te amarga mi memoria.
Pero si acaso miras estos versos
Cuando del barro nada me separe,
Ni siquiera mi pobre nombre digas
Y que tu amor conmigo se marchite,
Para que el sabio en tu llorar no indague
Y se burle de ti por el ausente.
WILLIAM SHAKESPEARE
Sonatina
La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las islas de las rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla, princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con un beso de amor».
Rubén Darío
DOS PALABRAS
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
Comunes. Dos palabras cansadas
De ser dichas. Palabras
Que de viejas son nuevas.
Dos palabras tan dulces que la luna que andaba
Filtrando entre las ramas
Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
Moverme para echarla.
Tan dulces dos palabras
?Que digo sin quererlo? ¡oh, qué bella, la vida!?
Tan dulces y tan mansas
Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.
Tan dulces y tan bellas
Que nerviosos, mis dedos,
Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
Cortar estrellas.
ALFONSINA STORNI
ME GUSTA CUANDO CALLAS…
Me gusta cuando callas por que estás como ausente,
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
Y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
Emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
Y te pareces a la palabra melancolía.
Me gusta cuando callas y estas como distante.
Y estás como quejándote, mariposa de arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza,
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gusta cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa basta.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.
PABLO NERUDA
OLVIDO
Tú puedes olvidar y los recuerdos
Se pegan a mi piel como un castigo
Tú puedes olvidar, yo sólo vivo
Añorando el querer que se ha perdido
Tú puedes olvidar y en cada noche
Mil vueltas siempre doy buscando olvido
Tú puedes olvidar, cómo quisiera
Olvidar como tú... sin un suspiro.
RAMÓN DE ALMAGRO
AQUÍ ESTAMOS
Nada está sujeto a los ojos para siempre
Nada tiene lazos de leyenda a través del murmullo
Sólo tu sombra da el destino y despierta la caverna
Tu lumbre que suspira a modo de subir
Entregándose entera en su esperanza
Como chispa confiada y como signo de su hondura.
Volvamos al principio sin conclusión alguna
En virginal salida de la piel vidente
Sin suceso del día ni del año sino largo memorial
De la raíz a la más alta punta
Con los dedos crecidos por el viento
Y el terror de los anuncios obscuros regalados
Humildemente regalados como semillas a la madre
Así el barco buscado por sus aguas
Ha de reconocer los fluidos de su acento
Y será reconocido por las puertas hermanas.
La idea es nacimiento y sepulcro de grandes alas
Es vuelo general, es huñida de células y huesos
En árbol repentino sin recuerdo aparente
Es un río asomado a su balcón
En el ir y venir de rincones incógnitos
Entre cabezas y corazones asustados por su modo de ser
Infinito alarido por el tiempo enseñado
Con tanta muerte adentro que es cúspide de vida
Interminable océano sacrificado a la noche
Y noche sacrificada al sol que no la espera.
VICENTE HUIDOBRO
CONTACTO EXTERNO
Mis ojos de plaza pública
Mis ojos de silencio y de desierto
El dulce tumulto interno
La soledad que se despierta
Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje
Y el río del alma largo largo
Que no dice más ni tiempo ni espacio.
Un día vendrá ha venido ya
La selva forma una sustancia prodigiosa
La luna tose
El mar desciende de su coche
Un jour viendra est déjà venu
Y yo no digo más ni primavera ni invierno.
Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre.
VICENTE HUIDOBRO
EL DOLOR DE LA NOCHE
Cuando tiembla la noche tardía
En los arenales y los campos negros,
Se oyen voces dolientes, lejanas,
Detrás de los cerros.
¡Es el canto del bosque perdido,
Con la gama antigua de silvestres notas,
O el gemir del turbón ignorado,
Por vegas y sombras!
¡O el distante clamor de las fieras
Que en las pampas brunas
Y en las lomas y campos eriales
Envían al hombre sus iras nocturnas!
¡El coro que sube remoto a los cielos
Será de la muerte la roja palabra
O el clamor de ciudad brilladora
Que se hunde, se apaga!
¡El rondó que triste
Las pendientes dormidas circunda:
El grito del odio será de los montes,
Será de las tumbas!
Cuando se obscurecen las bromas erguidas
En los arenales y los campos negros,
Cómo suena el dolor de la noche
¡Detrás de los cerros.
JOSÉ MARÍA EGUREN
AUNQUE HUNDAMOS A PUÑOS LA TRISTEZA
Aunque hundamos a puños la tristeza
Y cerremos con besos cada herida
El amor nos rebosa en la cabeza
Como un agua fatal, enardecida.
Escondidos detrás de las persianas,
Ocultos tras las cárceles del pecho,
El amor nos golpea las ventanas
Lo mismo que si estamos en el lecho.
El amor no termina ni en la nada.
Nos lo entrega el descanso, nos lo entrega
El trabajo y lo que anda y lo que rueda.
Y aunque se nutre de mujer amada,
Con mujer o sin ella el amor llega,
Y si la mujer pasa, el amor queda.
JORGE DELIO BRAVO
POEMA CON EL QUE ME IDENTIFICO......
Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡NO TE IMPIDAS SER FELIZ!
Texto atribuido a Martha Madeiros - aunque también lo han atribuido a Pablo Neruda.
A veces uno se pasa en la vida buscando La Felicidad, y en verdad La Vida es muy bella Como para no aprovecharla, el simple hecho de vivir y compartir con los que están a tu alrededor, Es un motivo mas para sonreir y ser feliz !!!!
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